Tus manos
amplios mares reventando 
donde se ahogan promesas al tiempo 
batidas por la sal de tus lagrimas 
ocultas a la tercer década
Tus manos 
por donde mi cabello se escurre
y reposa mi pecho 
no temo a ser mujer de ellas 
Tus manos
que han sido de otras manos 
Sobas con ellas las grietas
en mi garganta 
donde duerme un ávido reclamo 
que solo ellas calman 
Tus manos de Adán 
que encienden fuego 
cuando tienes miedo 
de las sombras
de la muerte
y de la eternidad
 
 
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