Estuve despierta en la madrugada
esperando la mañana.
Tengo varias confesiones que hacerte:
Hay en mi una grieta permanente
que me ha hecho escribir los peores poemas
estos últimos días.
No son poemas de amor, ni son de olvido
mucho menos son sobre ti.
He perdido el valor para escribir,
los insomnios, los amantes y las borracheras
han dejado de ser lo suficientemente atractivos
para hacerme escribir en las servilletas
de los bares.
Echo de menos la audacia para hablar de ti;
de lo que me dueles con tus caricias que
me humillan
Ahora que mi corazón se ha vuelto solitario
está temblando;
El miedo me ha exiliado de la inspiración
como abandonada en un llano bajo el sol
He dejado de tejer las palabras;
Pues ahora entiendo como es
haber sido amputada de las manos.
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